
Muchos se pasan la vida buscando el verdadero amor. Ese que es incondicional, que esta para ti en las buenas y las malas, el que no cuestionar solo fluye.
Este sentimiento se puede encontrar en un hijo, en un pare, abuelo o la persona que te acompañara el resto de tu vida. En mi caso me toco vivirlo junto a mi abuela. “Mami Luz” se entrego a mi siendo mi abuela, mi mama, mi hermana, mi mejor amiga y de ultimo hasta mi hija.
Nunca podre olvidar sus caricias, sus besos, el prepararme mi comida favorita. Wow, como la extraño. En los dos últimos años de vida de ella, nos dimos cuenta de ese sentimiento, estuvimos conscientes del lazo que nos unía, bueno que nos une, el verdadero amor prevalece en el corazón y los pensamientos. El apoyarla en su enfermedad, el dejar planes y metas por estar a su lado me demostró mucho de mí que no conocía.
El luchar contra todo y todos para que ella tuviera calidad de vida, me demostró que la familia se separa en los que ayudan, los que no ayudan y quienes quedan en stand by. Es triste como a los hijos y nietos se les olvida lo maravillosas que son las personas mayores, todo el amor que nos han dado y al final de sus días los dejen a la suerte del destino, sea solo en una casa o en un hogar de ancianos.
Nunca olvidare la cara de Mami Luz 4 días antes de morir , a pesar del dolor en varias fotos se le nota una alegría especial debido a que yo estaba a su lado como lo hice durante toda mi vida.
Esa conexión especial casi de otro plano fue cuando duran unos 10 minutos se me quedo viendo fijamente con una mirada llena de luz, con mucha vida donde se transmitían todos sus sentimientos y como esa magia difícil de describir se fue apagando hasta que su alma dejo el cuerpo. Esos minutos me los dedico a mi, algo que nunca olvidare y me dan fuerza cada día.
Mami Luz fue, es y será mi abuela, mi madre, mi hija, mi mejor amiga, mi todo.
Te amo ML.