jueves, 15 de agosto de 2013

Aprender a decir No, o Hasta Aquí!


La vida nos da importantes lecciones, algunas se aprenden rápido, mientras otras luego de varios tropezones. Al final lo importante es aprender de los errores y no volver a pasar por ellos.

Muchas personas nunca dicen: “NO”, esto por temor a que la otra persona se moleste, se resiente o miles de posibilidades más. También en muchas circunstancias de lo cotidiano la gente no se siente con valor de marcar un alto o hasta aquí. Ese temor a pensar que dirán los otros es un infierno por así decirlo, y solo se estará sufriendo por no tener el valor de expresar lo que se quiere.

Sé que en muchas oportunidades soy terco, contradigo cuando tengo razón y siempre digo lo que quiero y pienso. Si a los demás no les gusta escucharme, ese no es mi problema. Con mi abuela aprendí a decir te amo, a luchar por ella ante quien se quería aprovechar. La vida me enseño que uno da lo que recibe y recibe lo que da. Que si de mis padres solo recibí promesas rotas no tengo que seguir como perro faldero en busca de migajas de amor. Ese amor lo tuve de sobra por parte de Mami Luz , tampoco  que nunca se debe esperar nada de nadie, no creer en palabras, solo en hechos.

Cuantas personas viven temerosas de los demás, intimidadas del que dirán. Siempre hay quien hable bien o mal de cualquiera. Algunos nos amarán, otros nos odiarán. Al final lo que importa es vivir felices con lo poco o mucho que la vida nos da. La felicidad es una decisión, como lo es ver el vaso medio lleno.

Si uno ve que tendrá dolor de cabeza, es importante buscar la causa y erradicar la enfermedad de raíz. Nadie estará en nuestros zapatos, así que nadie tiene porque criticar o juzgar más allá de lo permitido. El solucionarle la vida a los demás desde un punto subjetivo es el peor error que nosotros como individuos cometemos miles de veces.


Decir: “NO, o hasta aquí”, es un derecho que tenemos como personas pensantes regidas en un estado democrático. Al que no le guste, lejos con su problema.

miércoles, 7 de agosto de 2013

El cáncer, una lucha, una decisión


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Cáncer, una palabra que todos escuchamos, pero no todos sabemos lo que significa. Muchos asociamos esta palabra como sinónimo de muerte.

Aún y a pesar de ser una enfermedad que afecta cada día a más personas, muchos desconocen la magnitud de lucha que se ejerce para sobrevivir. Los tipos de cáncer son muchos, en diferentes partes del cuerpo y solo una cosa en común, el duro golpe a la vida cotidiana de quien se da cuenta que debe luchar por su vida.

Alrededor de 25 años de edad, estudiante de periodismo, muchos creían que tenía mi vida resuelta. En cierto modo así era. No era el mejor de todos, pero sobresalía en algunas áreas.

Todo inició un lunes de madrugada, desperté con una sensación extraña en mi pecho, un fuerte dolor me impedía mover el cuello y el brazo izquierdo. "será un infarto" eso fue lo primero que vino a mi mente. Sin despertar a mi abuela, me duche y me fui al hospital. 

Luego de varias horas de espera el médico me dijo: "lo que usted tienes es estrés y tensión". En ese momento me dije que no era eso y que debía ir por una segunda opinión. Ya que en la universidad cursaba materias prácticas, nada complicado.

El día martes regrese a San José como todas las semanas, solo que está ocasión no sería solo ir a clases, sino, también iba a visitar al Dr. Vásquez. Esa tarde de martes lo llame y me aconsejo tomarme una placa de tórax. Así lo hice y me dirigí a su consultorio, cerca del hospital de niños. Llegue, lo salude, le comente de las molestias del día anterior. En ese momento él tomo la placa, le dio un par de vistazos, se quedo en silencio un par de minutos. Me miró fijo a los ojos y me dijo: "usted tiene un tumor, al parecer es un linfoma de hodgkin".

Quede frío, una extraña sensación abarco mi cuerpo. Pensé en mi Tío Jorge, el cual luchaba contra un cáncer por varios años. Me sentí como en una película sin final. Como que todo había acabado.Mi vida era otra. Donde quedaron mis sueños, mis metas.

Foto (una semana antes de la noticia del cáncer, con mi prima Claudia en las famosas fiestas de 3)


Nunca debemos perder nuestro verdadero potencial.

Como siempre hay días buenos y otros no tanto, algunos son tan duros que deseamos que terminen rápido, pero siempre cada día tiene algo posi...